Perdidos, Sin Ver El Camino - Juan 14:1-6 Parte III
- Analía E. Piquard
- 2 jun 2018
- 15 Min. de lectura

Parte 3 de Juan 14:1-6 Un Mensaje Maravilloso
Recapitulando
Teniendo claro entonces que, Aquel que nos ordena no turbarnos con lo que nos pueda pasar en el fin del tiempo del fin y que confiemos en el Padre y en el Hijo, es Aquel que se declara como el YO SOY o YHWH (Yahweh/Jehovah) y que promete volver otra vez en rescate de sus fieles, profundicemos un poco más sobre los versículos 4, 5 y 6 de nuestro estudio: Juan 14.
[Si no leíste los dos segmentos anteriores, te lo sugiero; tienen mucha riqueza bíblica; links al final]

El que está hablando en Juan 14 es nada menos que JEHOVAH hecho carne; además de todos los ejemplos mencionados en Juan y Apocalipsis [ver parte 2], Marcos cuenta lo siguiente: «Mas Él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?" Y Jesús le dijo: "YO SOY; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo". Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: "¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia: ¿qué os parece?" Y todos ellos le condenaron ser culpado de muerte.» (Mar. 14:61-64 Stendal) ¿Por qué lo acusan de blasfemo? Porque las Escrituras condenan al ser humano que se hace llamar Dios. No solo Jesús se estaba declarando como el Mesías y el Hijo de Dios sino que encima dice ser "Yo soy" (sin agregados) sentado a la diestra de Dios. Y lo condenaron por la supuesta blasfemia: "supuesta" porque Él sí decía la verdad. No era blasfemia. Cristo Jesús SÍ es Dios.
Y es Jehovah el que nos dice: "CONFÍEN Y NO SE TURBEN A PESAR DE LO QUE PASE. YO SOY EL CAMINO."


NOTA: Para que entendamos: las tres Personas Celestiales que conforman la UNIDAD llamada DIOS poseen el nombre YHWH y son el "YO SOY EL QUE SOY" [ya estamos escribiendo una nota de investigación sobre esto... es impresionante]. "YO SOY" sería la explicación para el Nombre "YHWH" que algunos lo pronuncian Yahweh y otros Jehovah [la verdadera pronunciación se perdió]. Esto significa que comparten tanto el nombre "YHWH" como su explicación "YO SOY". Los tres se llaman igual: por eso, en el libro de Hechos habla de bautizar en el nombre de Jesús: que significa «Jehovah es salvación», pues es la Deidad toda la que nos salva. Unos ejemplos de esto –que los tres poseen el mismo Nombre– están en: «Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: "Yo Soy el primero, y Yo Soy el postrero, y fuera de Mí no hay Dios.» (Isa. 44:6) Los dos son seres eternos, los dos se llaman Jehová y los dos dicen: "Yo Soy el primero"; ambos son Dios. Ojo, no dioses, Dios como pluralidad, como un sustantivo colectivo: "ELOHIM" (que a pesar de significar "dioses", se traduce en singular cuando se refiere al Altísimo). Mucho más evidente en: «Entonces YHVH hizo llover desde los cielos sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de YHVH» (Gén. 19:24 BTX2) . Aquí se presentan dos personas con el mismo Nombre: el que manda la ejecución y el que lo ejecuta. Un último ejemplo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mt. 28:19) probado está que estas palabras sí las dijo Cristo y aquí se expresa claramente que el nombre es uno. No dice "los nombres de" sino "el nombre de"; porque como Dios, las tres personas que componen la TriUnidad Divina usan un solo Nombre que es YHWH (Jehovah o Yahweh). Por nuestra mente limitada tal vez nos cueste entender esto, pero un ejemplo mortal ;) sería cuando personas de la misma familia comparte el mismo nombre ¡o el hecho de tener el mismo apellido! ¿Verdad?

:D Retomemos: es Jehovah encarnado quien nos dice entonces: "CONFÍEN Y NO SE TURBEN A PESAR DE LA PRUEBA. YO SOY EL CAMINO. SEGUIDME. VOLVERÉ." [Parafraseando el objeto de todo nuestro estudio: Juan 14:1-6.] Pero, como se habrán dado cuenta, nos hemos salteado el medio; y lo analizaremos un poco en esta tercera parte.
Profundicemos ahora los versículos del 4 al 6: «"Y adonde Yo voy, sabéis el camino". Le dice Tomás: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le dice: "Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino por Mí."» (Jn. 14:4-6 BTX)

Tenemos que analizar indudablemente la palabra "CAMINO". Y lo haremos brevemente en sus dos conceptos:
El primero tiene que ver con Cristo, quien es el MEDIO de la SALVACIÓN.
El segundo tiene que ver con nosotros, lo que SOMOS y HACEMOS.
1) La Puerta y El Camino

En la segunda parte de este estudio mencionamos que el Yo Soy se define –entre muchas otras definiciones– como LA PUERTA: «Yo soy la Puerta; el que por Mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.» (Jn. 10:9-10) Pero también se define como hemos visto como EL CAMINO: «Jesús le contestó: —Yo Soy el Camino [e], la Verdad y la Vida. Solamente por Mí se puede llegar al Padre.» (Jn. 14:6 DHH) Título descriptivo que solo hemos esbozado en la sección anterior. [El Comentario de la Versión Dios Habla Hoy nos dirige a estas tres citas: «[e] 14.6 El camino: Cf. Sal. 16:11; Sal. 86:11; Prov. 15:24» que luego veremos.]
Estas ideas, juntas, las enseñó antes Jesucristo en su maravilloso Sermón del monte:
«Entrad por la Puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la Puerta, y angosto el Camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.» (Mat. 7:13-14)
En estos versículos se hallan entrelazados los dos conceptos que mencionamos antes del camino: el que tiene que ver con Jesús y el que tiene que ver con nosotros.
Con respecto a Jesucristo: Jesús es el único acceso al Padre, el único acceso a la vida eterna, el único acceso al perdón. Jesús es nuestro intercesor ante el Juez que está sentado en el Trono. Él pago con su muerte para darnos vida eterna. Él derramó su sangre para darnos el perdón y limpiarnos del pecado. No hay otro Nombre en el cual podamos obtener la justificación más que el de Jesucristo, el Cordero que fue Inmolado por los pecados. Conocemos muy bien el versículo que lo afirma de manera categórica:
«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.» (Hch. 4:12)
Es por eso que Jesús lo aclara en el versículo 6. Él es el único Camino; no hay otro. Solo por medio de Él podemos acceder a la redención. Por eso también es la Puerta. El único Salvador e Intercesor es Cristo; Él mismo sentencia: «Nadie viene al Padre, sino por Mí".» (Jn. 14:6)

Para llegar al Padre, debemos ir por el Camino que es Jesús; sin Cristo, cualquier pecador morirá ante la gloria y la santidad divinas. Solo por la sangre de Cristo que nos cubre podemos acceder al Trono de la Gracia; por ahora solo por fe, y luego de la Segunda Venida de Cristo, físicamente también! ¡Amén!
2) Camino = Conducta
Vayamos al concepto que nos toca de manera íntima y total: nuestra parte, lo que nos toca hacer. Hemos hablado de lo que Jesús hizo y está haciendo por nosotros... Pero para que Él haga por nosotros, hay condiciones que debemos cumplir. Por eso Jesús dice: «Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.» (Jn. 14:4) En otras palabras, debemos seguirlo.
Pero ¿qué significa "camino" entonces?

Entre varios significados que el Diccionario de la RAE da, nos quedaremos solamente con dos de ellos: la acepción 5: "Modo de comportamiento moral", y la acepción 6: "Adecuación al fin que se persigue".
¡¡Qué interesantes significados que encuadran de forma magistral en el mensaje de Dios para nosotros en este estudio!!
¡¡Encuadrémoslos!! El "camino", en cuanto a nosotros, hace referencia a nuestra CONDUCTA, íntimamente relacionadas con nuestras DECISIONES. Veamos:
«El camino de los rectos se aparta del mal; su vida guarda el que guarda su camino.» (Prov. 16:17)
«Camina en su integridad el justo.» (Prov. 20:7pp)
«Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu Verdad; afirma mi corazón para que tema tu Nombre.» (Sal. 86:11)
Como vemos, estos versículos conjugan dos condiciones: decisión y conducta para salvación, y ambas relacionadas con nuestro camino, nuestro andar en la vida. Porque a eso se refiere la metáfora del camino: a nuestro caminar en la vida, a cómo vivimos. Tiene que ver con el "modo de comportamiento moral" que tengamos: como justos o como injustos; dos posibilidades. Tiene que ver con la "adecuación al fin que se persigue". Si perseguimos la salvación, debemos adecuarnos a ella... actuar en base a nuestro objetivo, como Pablo y Pedro escribieron:
«No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.» (Fil. 3:12-14)
«Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca. Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en Él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación.» (1Ped. 1:6-9 DHH)
«Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.» (Hech. 20:24)
Por eso dicen las Escrituras: «Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.» (Fil. 1:9-11)

Nuestros frutos serán justos si nuestra rama está unida a la Vid Verdadera que es Jesús; nuestra transformación de carácter se verá reflejada en nuestra conducta. Cuando la rama se corta de la planta, no solo no da frutos sino que muere. Si nos separamos de Jesús, no solo no daremos frutos de justicia sino que moriremos para siempre. Pero si permanecemos unidos al Señor en comunión permanente seremos justos. Se notará que somos salvos por nuestro modo de vivir, de conducirnos, de andar el camino. Si perseguimos el objetivo (nuestra salvación) redundará en obras de justicia por medio de la fe porque nos estaríamos adecuando justamente a esa meta que perseguimos y nuestro modo de comportamiento moral será santo.
Por El Camino Equivocado

Ahora bien... Jesús nos dice que es la Puerta y el Camino a la Salvación. Puerta y camino: no solo hay que entrar sino que también hay que transitar...
Lamentablemente hay dos realidades negativas: A) los que no quieren entrar y B) los que han entrado pero no han caminado. En ambas situaciones, han perdido el camino a la vida eterna.
A) De los impíos la Biblia dice:
«Porque el malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso, y desprecia a Jehová. El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adversarios desprecia.» (Sal. 10:3-5) «Para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades, que dejan los caminos derechos, para andar por sendas tenebrosas; que se alegran haciendo el mal, que se huelgan en las perversidades del vicio; cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos.» (Prov. 2:12-15) «No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. [...] El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.» (Prov. 4:14, 19)
A la puerta «pocos son los que la hallan» (Mat. 7:14up). Lo cierto es que a no todos les interesa encontrarla; incluso muchos la encuentran pero prefieren no entrar... :/

B) De los que se han apartado (incluye al tibio) dice la Palabra de Dios:
«Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad» (2Ped. 2:15)
«Dijo Jehová: "Porque dejaron mi Ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella"» (Jer. 9:13) «Mas esto les mandé, diciendo: "Escuchad mi Voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien". Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante» (Jer. 7:23-24) :O
Es verdad que no podemos seguir el camino si primero no pasamos por la puerta, pero continuar por el camino exige decisiones continuas de humilde obediencia... y no todos quieren mantenerse. :'(
Generalmente somos de hablar de la puerta estrecha pero no tanto del camino angosto... Debemos entrar por la Puerta Estrecha y luego mantenernos en el Camino Angosto hacia la Salvación. No solo hay que tomar la decisión de aceptar a Cristo como nuestro Salvador... es necesario también mantenerse en esa decisión y caminar una vida hacia la santidad, que es apartarse del mal y vivir en justicia y amor.
Perdidos, Sin Ver El Camino

Muchos no conocen el camino. Están perdidos. Aún dentro del pueblo de Dios, hay quienes están totalmente entibiados en la comodidad y la rutina y se han olvidado de seguir el camino cristiano.
«Le dijo Tomás: "Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?"» (Jn. 14:5)
Permanecer ciegos es peligroso... Ir sin vista por la vida hace que no podamos ver a Jesús y que se nos pierda el objetivo. No tenemos noción de nuestra verdadera y triste condición y seguimos caminando, totalmente ciegos, por un camino que nos llevará irremediablemente a la perdición. Solo Jesús puede sanarnos y devolvernos la vista: y nos ofrece comprar el Colirio. Y este colirio no solo servirá para ver nuestra propia condición sino también para discernir si lo que vemos u oímos viene de Dios o de Satanás.

«[...] necesitamos ser extremadamente cuidadosos y caminar humildemente delante de Dios, a fin de que tengamos el colirio espiritual que nos permita distinguir la operación del Espíritu Santo de Dios de la operación de aquel espíritu que produciría licencia desenfrenada y fanatismo. "Por sus frutos los conoceréis" (Mt. 7:20). Los que realmente contemplan a Cristo, serán transformados a su imagen precisamente por el Espíritu del Señor y crecerán hasta la estatura plena de hombres y mujeres en Cristo Jesús. El Espíritu Santo de Dios inspirará a los hombres con amor y pureza, y en sus caracteres se manifestará refinamiento.» {1MS 164.3}
Como también escribió White necesitamos TRES cosas:
«el oro de la fe y el amor, el manto blanco de la justicia de Cristo, el colirio del discernimiento espiritual. Si poseéis esos preciosos dones, el templo del alma humana no será como un altar profanado.» {1MS 420.1}
Retomando El Camino
Y ¿cómo volvemos al camino? ¿O cómo lo tomamos por primera vez?
¡¡La respuesta ya la hemos dado!! JESÚS ES LA RESPUESTA.
El resumen práctico:
arrepentimiento de nuestro pecar
aceptación de Cristo como nuestro único Salvador
conversión de nuestro mal accionar
reavivamiento (si es una reconversión)
reforma de nuestra vida y costumbres
continua mirada puesta en Cristo
consagración diaria a Dios
El Señor siempre nos está llamando...
«Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén, y adviérteles que así dice el Señor: "Estoy preparando una calamidad contra ustedes, y elaborando un plan en su contra. ¡VUÉLVANSE YA DE SU MAL CAMINO; enmienden su CONDUCTA y sus ACCIONES!"» (Jer. 18:11 NVI 1999)

Si nos convertimos, si nos volvemos de nuestra vida injusta, y tenemos fe en Cristo como nuestro Sustituto y Redentor, nuestra fe resultará en obras justas y buenas; seremos fieles y dignos hijos de Dios por gracia.
Son decisiones que cada día debemos tomar: si permanecemos a los pies del Salvador o no. Para no perdernos del camino y mantenernos por el sendero de la justicia, no quitemos nuestros ojos de Él:
«despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.» (Heb. 12:1-2)
Mirando nuestro objetivo a alcanzar, nos mantendremos yendo hacia la meta. Si no dejamos de mirar a Jesús, no nos desviaremos del camino. "Puestos los ojos en Jesús" tendremos pleno acceso al perdón.
«Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al Trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» (Heb. 4:14-16)

Perseveremos En El Camino Justo
La vida del justo es completa y bella. Y si acá no por tantas pruebas, allá sí por felicidad plena. En esta tierra es difícil muchas veces disfrutar de la vida, pero en la Ciudad de los Cielos lo pasado será recordado como mínimo y todo sufrimiento por Cristo como poco. Al vivir en felicidad, paz y pureza absolutas, rebozaremos de gozo y plenitud como jamás pudimos soñar. No nos da el entendimiento para poder comprender el alcance de la vida eterna y sus delicias.

Leamos los versículos que nos direccionaba el Comentario de la DHH y que hacen referencia a esta vida y a la venidera: «El camino de la vida va cuesta arriba, y libra al sabio de bajar al sepulcro.» (Prov. 15:24 DHH) [Nos protege de la muerte: y se refiere especialmente a la muerte eterna.} «Señor, enséñame tu camino, quiero vivir según tus enseñanzas. Haz que te honre con todo el corazón.» (Sal. 86:11 PDT)
«Tú me enseñas el camino que lleva a la vida. Hay mucha alegría en tu Presencia; a tu derecha hay placeres que duran para siempre.» (Sal. 16:11 PDT)
Convertíos Del Camino
DIOS nos llama al arrepentimiento y la conversión: «Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.» (Joel 2:12-13)
"Conversión", en el plano militar, es cuando una fila de soldados gira (o dobla) hacia un lado, es decir, cambia su dirección. En esta batalla espiritual, es necesario que cambiemos el rumbo de nuestro andar hacia la perdición y tomemos un nuevo curso: la vida eterna. Nuestra conversión implica un cambio de vida, una reforma: todo lo malo debe desterrarse; todo lo bueno, adoptarse y/o conservarse.

Una conversión no se aparenta. Jehovah nos dice que no debemos aparentar una conversión (no sirve de nada). "Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos" significa que debe de ser una conversión genuina e interior. Una vez realizada nuestra conversión (que igualmente repetiremos a cada momento), avanzaremos en el camino del cristiano...
Jesús nos dijo: «Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.» (Jn. 14:4)
Por un lado, de manera inmediata, Cristo iba a la muerte, como explica en el cap. 13 (ver primera parte de nuestra nota). Esto implica una muerte de nosotros al yo, una renuncia absoluta. Nosotros también debemos morir al pecado, pues nosotros sí estamos en pecado. Y si es necesario, también daremos la vida por el Señor, si Él así lo dispone: fieles hasta el fin, como Jesús lo fue.
Por otro lado, menos inmediata, Jesús volvería al Cielo a terminar su obra redentora. Si deseamos ir a la Ciudad donde mora la Luz, debemos ir al Cielo ahora, por fe. Debemos seguirlo al Santuario donde intercede por nosotros. Y nuestros ojos deben de estar fijos en Él, agradecidos siempre por el perdón inmerecido de nuestros pecados por su sangre.
Arrepentidos y convertidos entonces, nuestra oración debe ser como leímos: «Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu Verdad; afirma mi corazón para que tema tu Nombre.» (Sal. 86:11)
Rescatados


Cristo viene otra vez a rescatarnos. No nos turbemos: no importa lo que suceda a nuestro alrededor; porque nuestra redención está cerca y el Señor es Fiel en sus promesas.
Confiemos en Aquel que es el Camino, en el Yo Soy, y permanezcamos en Él: «Tú guardarás en completa PAZ a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado. Confiad en YHVH perpetuamente, porque en YH YHVH está la Roca de los siglos.» (Isa. 26:3-4 BTX2) [YH=Yah o Jah]

Entonces, cuando Cristo nuestro Señor y Rey vuelva en las nubes, rodeado de sus miríadas de ángeles, podremos decir como vio Isaías: «Aquel día se dirá: "¡He aquí nuestro Dios! ¡Lo esperamos, y nos ha salvado! ¡Éste es YHVH, en quien esperamos! ¡Regocijémonos y alegrémonos por su salvación!"» (Isa. 25:9 BTX2)
¡AMÉN! ¡AMÉN!
¡¡¡ALABADO SEA YaHWeH POR SU MISERICORDIA AL REGRESAR POR NOSOTROS!!!
Escrito por Analía Piquard para Misioneros del Fuerte Clamor
[ Todos los textos se transcriben en la versión Reina Valera 1960, salvo indicación contraria. | En las referencias, "pp y "up" significan "primera parte" y "última parte" del versículo respectivamente. | *Todas las versiones tienen sus fallas, especialmente las modernas que fueron manipuladas por el jesuitismo. Es necesario comparar varias versiones y especialmente los originales hebreo/arameo/griego (con sus instrumentos como el Diccionario Strong, diccionarios bíblicos, comentarios y otras herramientas de estudio) para llegar a lo más cercano inspirado por nuestro Creador. | El disparador: esta nota surgió por escuchar una corta predicación del Pr. Rolando Gigliotti (IASD San Martín, Bs. As., Argentina, ene 2018). ]

Y con respecto al v. 6: "Yo soy el Camino y la Verdad." pronto compartiremos una apasionante nota sobre la palabra "camino" en las Escrituras desmenuzando tdos sus alcances llamada "Restaurar la Verdad - El Camino" o algo así. Jejejejeje.
Link >>> (en el horno de notas todavía).
Enlaces a las partes anteriores sobre Juan 14:1-6 , ¡no te pierdas los tesoros increíbles que generalmente no vemos en estos versículos!
PARTE I - A 3 noticias, 3 imperativos >>> http://ministeriomfc.wixsite.com/notas-mfc/singlepost/2018/02/23/PARTE-I-A-3-NOTICIAS-3-IMPERATIVOS
PARTE II - El Gran Yo Soy >>> http://ministeriomfc.wixsite.com/notas-mfc/singlepost/2018/02/27/PARTE-II-EL-GRAN-YO-SOY
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